EL MITO
Había una ciudad llamada Grusevill,
donde llegó a vivir una familia que desconocía sobre el mito de terror
que allí se creía. Este se trataba de que si una niña que el día de
Halloween se fue sola al bosque y vio su reflejo en el lago del pueblo,
en ese momento apareció un demonio que le quitó su alma, pues de eso se alimentaba.
Un día Linda,
la hija mayor de la familia se dirigió sola al lago, pues no quería que
a su familia la pasara nada malo, pero al mirar su reflejo en el lago,
su alma se la llevaron, y perdió la conciencia.

A la mañana siguiente Linda despertó en su cama, pero todo parecía diferente, se había vuelto terrorífico,
sus padres y hermanos no estaban, y afuera llovía ceniza y estaba
nublado. Al parecer estaba sola en ese pueblo, entonces sombras oscuras
comenzaron a rodearla, y atemorizarla. Linda salió corriendo hacia la
iglesia del pueblo, para resguardarse del peligro.
Cuando llegó a la iglesia sonó la
campana y todo se oscureció, pero ella se sentía a salvo dentro; caminó
hacia una banca y se acostó rezando y mirando la imagen de Jesús en la
cruz, quedándose completamente dormida.
Al despertar, estaba nuevamente a orillas del lago. Retornó a su casa, al llegar vio a toda su familia, los abrazó con mucha alegría, y prometió que jamás se apartaría de ellos.
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